El Poder de los Sigilos: ¿Decretos o Pedidos?

El Poder de los Sigilos: ¿Decretos o Pedidos?

Autor del Articulo: Juan Marcos Romero Fiorini / Contacto de: Instagram / YouTube / Tik Tok

En el vasto universo de la magia y la manifestación, los sigilos se han consolidado como una herramienta potente para materializar intenciones. Sin embargo, surge una pregunta recurrente entre los practicantes: ¿un sigilo es un pedido a una divinidad o un decreto personal? Juan Marcos Romero Fiorini, en su video reciente, aclara esta distinción crucial, desmitificando el funcionamiento de los sigilos.

La Naturaleza de los Sigilos: Intención y Subconsciente

Contrario a la creencia popular que equipara los sigilos con plegarias a entidades divinas, un sigilo opera de una manera diferente. Cuando creamos un sigilo, no estamos pidiendo un favor externo. En cambio, estamos tomando una intención personal –un deseo, una meta, una cualidad– y la transformamos en una frase concisa. Luego, mediante una técnica de simplificación y construcción, esa frase se convierte en un símbolo gráfico único, el sigilo.

El verdadero poder del sigilo reside en su capacidad para alojarse en nuestro inconsciente una vez que es liberado. Desde este plano energético, el sigilo comienza a trabajar, influyendo en nuestra realidad y manifestando la intención en el plano concreto.

Sigilos: Más Cercanos a los Decretos que a los Pedidos

La distinción es fundamental:

  • Pedidos: Implican una solicitud a una fuerza externa, con la esperanza de que nos sea concedida.
  • Decretos: Son afirmaciones de nuestra voluntad, declaraciones de lo que deseamos manifestar a través de nuestro propio poder y energía.

Los sigilos se alinean más con los decretos. No le estamos pidiendo a una divinidad que actúe por nosotros; estamos utilizando nuestra propia energía e intención para manifestar lo que deseamos. Es una expresión de nuestro poder personal aplicada a un propósito específico, como la abundancia, la prosperidad o la sanación.

La Asistencia Divina y el Sigilo Personal

Es importante recalcar que, si bien el sigilo en sí mismo no es un pedido a una divinidad, sí podemos invocar la asistencia divina en el proceso de su liberación. Por ejemplo, si conectamos con la Madre Tierra, podemos pedirle que nos sostenga, nos contenga, nos impulse o nos brinde su bendición para nuestro acto mágico.

Sin embargo, esta bendición se recibe en nuestro propio ser y fortalece nuestra energía. Luego, con nuestra voluntad personal y esa energía potenciada, dirigimos la intención del sigilo para que se manifieste. En esencia, la divinidad asiste y bendice al practicante, no directamente al sigilo, permitiendo que la voluntad del individuo sea el motor de la manifestación.

En resumen, los sigilos son una herramienta poderosa de manifestación personal, un decreto energético que opera desde nuestro subconsciente. Conocer su verdadero funcionamiento nos permite utilizarlos de manera más efectiva y consciente.

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Juan Marcos Romero Fiorini

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